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domingo, 29 de junio de 2014

El Ayuno Nocturno

Si nuestras necesidades energéticas son constantes, por que no hay que comer continuamente? cuales son nuestras necesidades nutricionales y como se abastecen? que tipo de combustible se almacenan en nuestro organismo? cuales son las distintas especificadas de los diferentes tejidos en cuanto al tipo y la cantidad de combustibles consumidos?

El ayuno nocturno suscita estas y otras muchas cuestiones a partir de los conocimientos actuales sobre las mismas se establecen, hoy en día, las recomendaciones nutricionales y alimentarias para el desayuno.



De que nos nutrimos por la noche?

Por ayuno se entiende la abstención total o parcial de comer o beber. Afinando algo mas, y desde un punto de vista nutricional, ayunar es, sobre todo, ingerir solo agua. El necesario descanso diario de nuestro organismo conlleva una ausencia de ingesta alimentaria. Entre 10 y 12 horas sin comer suele ser el ayuno máximo al que sometemos a nuestro organismo cotidianamente. La importancia del des-ayuno es que es como literalmente indica el termino, es el acto alimentario con el que interrumpimos el ayuno.

El interés de los alimentos reside,desde un punto de vista tradicional, en su contenido en nutrientes, cuyas necesidades, a su vez, están determinadas por el particular funcionamiento de nuestro metabolismo. Las necesidades energéticas de nuestras células son constantes; no obstante, ello no nos obliga a consumir alimentos con que obtener los combustibles necesarios de forma continua. La explicación reside en que nuestro organismo es capaz de almacenar determinada cantidad de sustratos energéticos que moviliza entre los periodos de ingesta. Estas reservas energéticas son las que permiten, por ejemplo, que, asumiendo un gasto energético de 1 Cal/Kg.h, un hombre de 70 kg consuma durante 8 horas de sueño 560 Calorías sin tener necesidades de comer. De hecho, como es sabido, un ayuno puede prolongarse por bastantes días.

Las reservas energéticas corporales están constituidas fundamentalmente por:

El glucógeno: Un glucido complejo, constituido básicamente por muchas moléculas de glucosa, que se almacena de forma importante en el hígado y los músculos.



Las grasas: que se almacenan en grandes cantidades en el tejido adiposo y que, con diferencia, representan la reserva energética cuantitativamente mas importante del organismo.

En relación con nuestra composición corporal, una característica muy importante que debe señalarse es que, a pesar de figurar entre los componentes mayoritarios de nuestro cuerpo, el agua (alrededor del 80% del peso corporal) y las proteínas (el 17% y el 13% para hombres y mujeres, respectivamente) no constituyen reserva alguna; dicho de otra forma: cualquier desajuste por defecto entre sus aportes y gastos provocara rápidamente un balance negativo de las mismas.

Dado que las grasas no pueden convertirse en glucidos y que la glucosa del glucogeno muscular no puede salir de los músculos, la única posibilidad metabólica que le queda al organismo para mantener unos niveles de glucosa constante, cuando no hay ingesta, es la reserva de glucogeno del hígado.

La vida depende de un nivel de glucemia suficiente y ello es debido, en su mayoría, a que la glucosa representa el sustrato mas destacado para el metabolismo energético del cerebro. Nuestro cerebro consume diariamente alrededor de 120 g de glucosa, eso equivale a 5g/h, lo que representa un 25% del consumo energético absoluto en reposo.



Con nuestros hábitos alimenticios diarios, intervienen dos mecanismos en el mantenimiento constante de glucemia dentro de los limites normales.

La ingesta de alimentos: entrada de glucosa a traves del tubo digestivo.

Glucogenolisis hepática: liberación de glucosa a la circulación procedente del glucógeno del hígado.

Estos mecanismos ejemplifican las opciones básicas con las que se encuentra nuestro metabolismo energético día a día: etapa de alimentación y etapa de hambre. durante el ayuno nocturno, las reservas hepáticas de glucógeno resultan indispensables para mantener una glucemia adecuada, es por ello que se hallan disminuidas en la mañana. Ya que otros tejidos excepto el cerebro y las células glucogeno-independientes, pueden usar las grasas como combustible, una manera que tiene el organismo de economizar las pocas reservas glucidicas que posee es movilizar las grasas almacenadas. Esto es o que pasa con el ayuno nocturno, el abastecimiento energético de nuestras células se caracteriza por la liberación de la glucosa hepatica y el movimiento de grasa del tejido adiposo. Por eso cuando no se desayuna y la ausencia de aporte de nutrientes se prolonga, pueden aparecer dos nuevos fenómenos adaptativos que, van a presentar facturas elevadas:



El aumento de la velocidad de movilización de las grasas puede llevar a la síntesis de cuerpos cetonicos. Los cuerpos cetonicos son un combustible que realiza el hígado a partir de los ácidos grasos y pueden ser utilizadas por el cerebro como opción a la glucosa, esto disminuye la necesidad de la misma. Pero concentraciones altas de componentes cetonicos pueden plantear problemas metabólicos.




Las proteínas musculares, de las que, no hay reservas, puedan ser utilizadas como materia prima para la adquisición de nueva glucosa. y esto es super peligroso ya que se pierden estructuras corporales.

El cerebro que aun en ayuno la glucosa sigue siendo su único combustible, necesita proveerse constantemente de ella, depende de unos niveles adecuados de glucosa en la sangre, niveles que, que es esta situación depende de nada mas de las limitadas reservas de glucogeno del hígado.

Y esto nos genera otra importante pregunta.

Que pide nuestro organismo por la mañana?

Después de los ya mencionado anteriormente, no nos queda mas que responder que lo que nos exige el cuerpo por las mañanas es glucosa, la glucosa absorbida estimulara la secreción de insulina, esta gran hormona de almacenamiento que encabeza la regulación metabólica mientras se produce la etapa de alimentación.



La insulina que es segregada por el páncreas realiza numerosos efectos metabólicos enrumbados hacia una misma dirección; la creación de reservas energéticas y la detención de los procesos de glucosa en los tejidos muscular y adiposo induce, alienta a la formación de glucogeno al mismo tiempo que frena, coarta su utilización, no permite el movimiento de las grasas del tejido adiposo y alienta su síntesis, a parte solo la glucosa de la dieta aprobara el restablecer los niveles de glucogeno  hepático y preparar al organismo para hacer frente a nuevas etapas de hambre.



La cambinacion de estos dos factores, ingesta de glucidos y el aumento de la liberación de insulina, autorizara la transmisión metabólica desde el uso de las propias reservas a la utilización y almacenamiento de los nutrientes que se ha ingerido. El desayuno y la ingesta especifica de glucidos, demuestran la importancia de la contribución energética no solo reposa en la porción de calorícas ingeridas sino también en el tipo de combustible que las genera y el ritmo de las ingestas de los mismos, en caso de un desequilibrio de estos dos factores puede alterar nuestra compleja economía.

A parte de su aspecto fisiológico, el desayuno  al igual que otros consumos de alimentos, ademas podrá producir consecuencias psicológicas unidas en parte a la secreción de hormonas gastrointestinales, como la sensación de bienestar que se experimenta al comer alimentos.

Ya que el nutriente mas importante que hay que comer por la mañana es la glucosa, entonces resulta preguntarse: Donde podemos encontrar esta sustancia? sencillamente en los cereales, las legumbres, las patatas y las frutas, ya que proporcionan la gran parte de la glucosa que el organismo necesita en las mañanas, así que algunos de estos alimentos son los elegidos para empezar un nuevo día.



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