El estrés envenena nuestro cuerpo (cansancio, enfermedades psicológicas) y nuestra mente (ansiedad, depresión, apatía). Pero , que nos induce a ser presas incluso en las etapas mas tranquila, en apariencia, de nuestra vida?. Por que lo padecemos si aparentemente no sufrimos una amenaza real?
La salud n es algo que dependa completamente de la suerte o del ADN, y mucho menos de nuestro medico de familia. Es en gran parte, responsabilidad de cada uno, y tiene relación directa con nuestro estilo de vida, conformado por multitud de decisiones que tomamos libremente cada día y en cada momento.
El cuerpo es capaz de regenerarse continuamente, de frenar los ataques a los que , voluntaria o involuntariamente, le sometemos , de prevenir y también de curarse. Pero es la mente la que ordena todas esas funciones. Como prueba, basta saber que los disgustos hacen subir la temperatura corporal, igual que la alegría, o que los nervios producen nauseas, palpitaciones y mareos.
Pero aun hay mas: existe una relación directa entre las disfunciones psíquicas y del sistema inmunológico. A mayor desequilibrio emocional, nuestro sistema de defensa se ve mas y mas desequilibrado.
La importancia de las decisiones: Nuestra salud física y emocional se ve afectada por lo que decimos: comer, respirar, beber, pensar, incluso sentir.
Nuestras emociones dependen en gran parte de nuestras premisas intelectuales: lo que creemos o no creemos, los pensamientos que elaboramos, las palabras que decimos, las acciones que realizamos.
Como decía Montaigne, "acumulamos cosas que nos roban tranquilidad y nos dan horas de un trabajo desagradable": los malos rollos en las relaciones, el aburrimientos, la tristeza y las frustraciones..... nos ocasionan dolores psicosomaticos y nos dejan sin energía sin fuerzas, Y es que olvidamos por completo lo mas importante de todo, que es que nuestro cuerpo es la casa en la que habita nuestra alma, nuestro espíritu.
Patrones sociales:
En tiempos prehistóricos el estrés era lo que nos salvaba la vida, ya que era un mecanismo de defensa. Ahora que las amenazas han cambiado, ya no son tan físicas, la descarga de adrenalina continua, sin embargo, siendo constante, por eso menoscaba nuestro sistema inmunologico.
Pero, porque el hombre sigue siendo presa del estrés, quizás mas que nunca, milenios después de que su función fuera necesaria?
Cambiar de hábitos:
Para expertos en este tema, esta en el ámbito cultural. La sociedad actual basa su felicidad en la acumulación de bienes materiales y potencian la competitividad, la notoriedad personal y el egocentrismo por encima de todo, dejando de lado los aspectos emocionales de las personas, pero es todo culpa de nosotros?, la respuesta es absolutamente no, ya que vivimos en un sistema impuesto, donde vivimos bombardeados diariamente por tv, radio, revistas, y la misma sociedad ya con el chip de que debes tener esto para ser feliz, debes ser aquello para estar a la moda o no ser un pobre o sino compras aquello no eres nadie, muchas cosas que estos instrumentos de comunicación se presentan para embasurarnos, es decir nos crean patrones de vida y necesidades, pero eres tu quien eliges caer en el juego de este sistema por demás consumista y destructor.
Pensamientos agobiados: A menudo una situación de estrés se combate con otra parecida, que hace que nuestra agenda se vea extremadamente apretada, produciéndonos un agotamiento demoledor, que no podemos superar.
Por eso, si el origen y causa del desequilibrio son las decisiones cotidianas que dan forma a nuestro modo de vida, lo mas inteligente seria revisarlas, cuestionarlas y establecer cambios donde lo consideramos oportuno.
Olvidar el pronombre YO:
Piensa en tus compromisos para los próximos días. Te pones en tensión? Ahora intenta imaginar que dentro de un instante podrías no existir: no sabes quien eres, no tienes nada que hacer, nada que perder... Trata de que esta perspectiva te aporte alivio y serenidad.
Para prolongar la sensacion, los psicólogos recomiendan un excelente ejercicio de comunicación: eliminar el pronombre yo de nuestro lenguaje. Normalmente, lo utilizamos demasiado, lo que nos lleva a identificarnos siempre de la misma manera, con nuestros miedo y prejuicios.
Actuar sin prisas:
Tratamos de solucionar enseguida las situaciones que turban nuestra tranquilidad. Hay quien no puede relajarse después de cenar sino a recogido los platos, o es incapaz de salir de casa si su ropa no combina a la perfección. Así mismo, cuando una discusión con un amigo crea un desequilibrio, nos angustiamos hasta que vuelve a ser todo como antes.
Hacemos cualquier cosa para restablecer el orden, para evitar esa desagradable sensacion de inquietud. Pero, cuidado! la rapidez de la intervención puede causarnos aun mas estrés que la tranquila aceptación de un desorden temporal.
Dar tiempo al tiempo:
Una rosa no decide racionalmente cuando brotar. En mayo sus pétalos se abren, año tras año. Y ese es, sin duda, el mejor momento, imposible equivocarse. En cada persona también hay una parte que sabe elegir el momento justo. Y no es la cabeza , Por ejemplo, cuando estamos indecisos en aceptar una oferta de trabajo, comprar una casa o decidir si una propuesta amorosa, nos esforzamos para elegir enseguida. Error!!! esperemos, dejemos que el momento llegue solo, puede que la solución sea mas acertada.
No planificar rígidamente: Siempre que no perdamos la perspectiva de futuro, conviene romper el esquema habitual, evitando planificar los acontecimientos, según un orden prefijado que, a fin de cuentas, no nos pertenece. La elección sera acorde a nuestra naturaleza, y mucho menos estresante!!!, sino somos tan rígidos.
Pensar en positivo:
Tienes una cita importante. Sales con mucho tiempo para no llegar tarde,pero antes piensas en que calle vas a aparcar, en el caso de que te quiten el sitio delante de tus narices... como suele ocurrir. Ya estas nervioso!!!
Visualizar lo que deseamos: Para evitar vivir los acontecimientos de forma estresada, hay un útil ejercicio de visualización, imagina como en una película, que la situación ya ha ocurrido. Piensa que has llegado a tu destino y has encontrado, sin ninguna dificultad, un cómodo aparcamiento. Visualiza como te guardas las llaves del carro en el bolsillo, después no lo piensas mas. Al sentir la situación deseada, el subconsciente crea gradualmente los presupuestos para que se realice.
Encontrar el equilibrio: Un paso muy sencillo para reforzar nuestra tolerancia al estrés consiste en descubrir nuestra cantidad de estrés optima, es decir el grado de presión que nos hace funcionar con mayor eficacia, ya que este dato importante podemos utilizarlo en nuestro beneficio.
Llevar un diario: La mejor manera de descubrir nuestro nivel de estrés optimo es llevar un diario durante algunas semanas, destacando los puntos altos y bajos y como nos hemos sentido en diferentes días y momentos, dependiendo de la presión a la que estamos sometidos. Después, utilizaremos los días en que nos sentíamos felices y en posesión del control de nuestra vida,pese a que las cosas fueran caóticas y difíciles, como guía para descubrir la cantidad de estrés que nos conviene. Este diaria también nos permitirá saber cuanto tiempo necesitamos para nosotros mismos, las horas de sueño y de descanso que precisamos, así como la dieta mas adecuada y el tipo de ejercicio que nos conviene. Así, podremos planificarnos mejor.
Detoxificar nuestro entorno:
Para combatir el estrés, los expertos recomiendan mantener limpio y en armonía nuestro entorno.
Disfrutar el silencio: El oído es uno de los sentidos que mas nos hace vibrar. Debemos rodearnos de sonidos armónicos y placenteros. Pero busca también el silencio.
Desconectar el móvil: A parte delas interferencias, su uso excesivo se relaciona con ciertos tumores cerebrales. Debemos desconectarlo mas a menudo y poner el contestador para preservar nuestra intimidad.
Protegerse de la computadora: La computadora produce una concentración de electricidad que atrae partículas de polvo. Debemos cubrir la pantalla con un filtro y vestirnos con fibras naturales.
Tener plantas: Las plantas absorben parte de las radiaciones y ondas sonoras de los aparatos eléctricos. Humidifican el aire y transforman el anhídrido carbónico en oxigeno.
Liberarse: Es necesario que purifiquemos nuestra vida eliminando todo lo que la envenena (pensamientos negativos , amistades que nos dejan sin energía).
Serenidad en 8 pasos:
Vamos a aprender a serenarnos, es fundamental para combatir el estrés, no podemos pasarnos los días hechos un manojo de nervios, salvo que no nos importe acabar enfermos, se impone por tanto un poco de sentido común.
1-Acepta la diversidad: incluso la que hay en nosotros mismos, nuestras prioridades pueden cambiar en función del momento y las circunstancias; las del otro, también, seamos tolerante, no nos desesperemos con los cambios de animo de nuestra pareja o amigos. si la naturaleza nos ha hecho tan volubles por algo sera.
Dar importancia real: tomarse la vida muy a pecho nos hace sentir vulnerables y nos impide relacionarnos con naturalidad. Demos a las cosas la importancia que realmente merecen, no mas. los enfrentamientos y las discusiones son estresantes, evitemoslos, no necesitamos depositar nuestra confianza en lo que digan sobre nosotros los demás.
Cuidar lo que decimos: Con la palabra podemos salvar a alguien, hacerle sentir bien, transmitirle nuestro apoyo, pero también son un arma de doble filo y en momentos de exaltación podemos decir cosas que no sentimos.
No hacer suposiciones: Los malentendidos crean malos rollos innecesarios con la gente, por eso hay que aclararlos cuanto antes, si fomentamos la comunicación y sinceridad con las personas que nos rodean, gozaremos de lazos de unión sólidos y duraderos.
No controlarlo todo: Pretender controlarlo todo y realizar demasiadas cosas a la vez es totalmente imposible. Debemos establecer prioridades y centrarnos en los que podemos hacer.
Colorear: Los colores influyen en el estado de animo: los rojos son excitantes, los grises son tristes, podemos recurrir a los tonos pasteles para decorar la casa, pues son muy relajantes.
Concluir: Tenemos que esforzarnos en acabar lo que empezamos, pues las cuestiones pendientes pesan en el animo. La sensacion de misión cumplida resulta muy liberadora.
Dar lo mejor: tener espíritu de superación mantiene viva las ilusiones. Proyectar lo que nos gustaría hacer y luchar por ello es la mejor forma de acabar con las estresantes rutinas.
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